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  • Carlos Collantes Díez

INDONESIA, UN MUNDO NARRADO CON LOS JÓVENES

08 Septiembre 2016 1887

El P. Rafael Bardón, madrileño de nuestro barrio de Carabanchel ha pasado unos meses entre nosotros y le hemos pedido que nos hable de su trabajo misionero en Indonesia y del de los Javerianos en ese inmenso país. Rafa, ¿puedes comenzar relatándonos cómo llegamos a Indonesia?

El 4 de Julio de 1951, 8 misioneros javerianos expulsados de China llegaron a Padang en el oeste de la isla de Sumatra después de una travesía en barco durante un mes. Así empezó la misión en Indonesia. El amor de Dios y el deseo de anunciar su Palabra les llevó a Indonesia. Se encargaron de una parte del vicariato apostólico de Medan colaborando con los franciscanos capuchinos belgas. Después de un año los capuchinos volvieron al vicariato de Medan y los javerianos se encargaron de la zona central y oeste de Sumatra con una extensión de cerca de 133.000 Km2. Esta vasta extensión se transformó en la prefectura apostólica de Padang con un prefecto apostólico, el p Pascuale de Martino. Más tarde llegaron otros javerianos y empezaron la misión en la ciudad de Pekanbaru, Pasaman y en las islas de Mentawai. También se creó una institución para organizar la escuela y la policlínica. Pasados 10 años se convirtió en la diócesis de Padang. El javeriano Raimundo Bergamin fue el primer Obispo. Ahora la diócesis de Padang se ha dividido en tres partes, Oeste de Sumatra, Riau y Mentawai, donde estamos presentes con parroquias en las tres realidades.

En 1970 los javerianos empezaron a trabajar fuera de la diócesis de Padang. Se empezó en la parroquia de Toasebio, en el barrio de Chinatown en Jakarta. Después en otras parroquias como Pluit, Pademangan y finalmente en la parroquia de Bintaro en Jakarta. 5 años más tarde el Obispo de Medan pidió ayuda para trabajar en las parroquias de su diócesis. Se empezó así en la parroquia de Aek Nabara. En 1981 otro obispo pidió ayuda para trabajar en la diócesis de Sibolga. Tenemos también tres comunidades de formación, postulantado-noviciado y filosofía, para los jóvenes que están en proceso de formación y desean ser misioneros.

Esta es una parte de la historia de la misión javeriana en Indonesia en donde me encuentro trabajando desde hace 7 años. He continuado con el trabajo que otros muchos empezaron con ilusión y ardor misionero. Desde hace tres años estoy en la parroquia de San Francisco de Asís en la ciudad de Padang, una parroquia que se extiende alrededor de 100 Km2 con cerca de 800 familias, parroquia formada por un complejo central y dos capillas-comunidades dispersas en la mitad y al final de esta amplia extensión. Mi trabajo consiste en acompañar a las comunidades católicas y servirlas en sus distintas necesidades. El provincial me asignó también el servicio de trabajar especialmente con los jóvenes. Y así lo he hecho, con alegría y pasión durante estos tres años.

Puedes explicarnos cómo se desarrolla tu trabajo pastoral con los jóvenes.

Cuando llegué a la parroquia me encontré con una situación de los jóvenes un poco embarullada. Creamos el Tim Sie Kepemudaan (Equipo de jóvenes de la parroquia) con 12 componentes, 9 jóvenes, 1 madre de familia, 1 religiosa y un servidor. Los jóvenes que participan en el equipo son los responsables de la zona centro y las dos capillas, han nacido en Padang pero pertenecen a diferentes etnias con diversas tradiciones. Sensibilizados por la situación de los jóvenes en la parroquia empezamos a realizar actividades con ellos. Deseábamos que creciera una relación de fraternidad y amistad profunda entre todos de manera que pudiesen compartir no solo sentimientos e ideas sino también su fe. Esperábamos que con ese compartir, su fe se enriqueciera y fuera más fuerte. Hemos querido acompañarlos para que sean personas más maduras y responsables que no tengan miedo a enfrentarse a los retos que depara la vida. Nuestro ejemplo es Jesús al que queremos servir en medio de los jóvenes. A través de las diferentes actividades esperamos que se preparen para vivir en una sociedad multicultural y multirreligiosa como es la sociedad indonesia, con una fe enraizada en Jesús.

A pesar de las dificultades que he encontrado a lo largo del camino, mi entusiasmo no ha disminuido trabajando codo a codo con los jóvenes que pertenecen al equipo. He experimentado cómo acompañar a los jóvenes desde la humildad dejándome interrogar por sus problemas. He aprendido también a ser más paciente y a saber escuchar. Me he dejado invadir por su entusiasmo y sus ganas de vivir. Peregrinación, caminatas, retiros, pascuas, día del deporte, día de la Amistad, encuentros para profundizar en la fe, seminarios para aprender a ser líderes, oraciones, lectio divina, han sido algunas de las actividades que hemos realizado con el equipo para los jóvenes. Nos han ayudado también las relaciones de familia que hemos vivido entre los componentes del equipo. Desde esta experiencia maravillosa, algunos de los jóvenes han dejado el equipo porque han ido a trabajar a otras ciudades más grandes, otros se han casado y han formado una familia cristiana y otros han empezado el camino religioso para ser misioneros en otros países. La semilla que se ha plantado ha crecido y se ha transformado en un árbol frondoso del que se espera que pueda dar mucho fruto ahora y en el futuro.

Los cristianos somos una pequeña minoría en un país de amplísima mayoría musulmana, imagino que el Diálogo Interreligioso, tendrá una significación particular para vosotros…

Esta experiencia vivida en la parroquia ha transcendido las propias fronteras para compartirla con otros jóvenes de diferentes creencias. El primer año preparamos una charla para conocer más de cerca la religión musulmana e invitamos a una representación de los jóvenes de la ciudad; el segundo año se hizo un seminario sobre la cultura y tradición Minang Kabau para descubrir al hermano que vivía a nuestro lado. En este último año convocamos un congreso para saber qué opinan otras religiones de la pena de muerte ya que el presidente de Indonesia había empezado de nuevo a aplicarla. También colaboramos en un proyecto para hacer una convivencia con representantes de diferentes creencias y experimentar en propia carne qué es eso del diálogo interreligioso. Todavía recuerdo el testimonio de uno de los jóvenes que participó en estas actividades, cómo se le habían caído todos sus esquemas y roto sus prejuicios y ahora veía al otro como un hermano con el que se puede dialogar y construir un mundo mejor.

En este servicio a los jóvenes de la parroquia y a los de otras creencias hemos abierto las puertas de la parroquia para realizar actividades con otras parroquias de la diócesis. Por ejemplo, durante cuatro días más de 500 jóvenes, provenientes de 6 etnias distintas, participaron en el encuentro juvenil de la diócesis de Padang que se desarrolló en el complejo de nuestra parroquia. Participaron 23 parroquias, y en él hubo animación misionera y vocacional, un concurso de canciones religiosas, charlas, muestra de bailes y tradiciones populares y una acción social de limpieza de la playa. Todos unidos testimoniando la unidad en la diversidad que quiere ser el lema y la realidad de la iglesia local, concretamente en la diócesis de Padang.

Todas estas actividades formativas con los jóvenes les han permitido encontrar su lugar en la parroquia. Ya no son considerados como fuerza aprovechable sólo para ayudar en la decoración de la parroquia en los periodos de Navidad y Pascua o para regular el parking cuando hay celebraciones eucarísticas los domingos. Participan en el consejo parroquial con ideas nuevas y son tomados en cuenta. En una sociedad joven como la indonesia creo que hay que apostar por los jóvenes. El presente, el futuro y el destino de la iglesia católica en Indonesia dependen de ellos. Gracias Señor Jesús por darme la oportunidad de acompañar y participar en las alegrías y tristezas, los éxitos y fracasos, los gozos y las penurias de los jóvenes indonesios.

Nos añadimos Rafa a tu acción de gracias, y que el Señor bendiga y fecunde tu trabajo apostólico y misionero, y el de todos nuestros hermanos javerianos.

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