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2.- eres tu el que ha de venir...?

12 May 2016
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Carlos Collantes Díez, misionero javeriano

“Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: ‘¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?’.

Jesús les respondió: ‘Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Noticia; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!”

Lo que Juan oye de Jesús parece desilusionarle. Está en la cárcel, las dudas y una cierta decepción comienzan a insinuarse en su espíritu, y desde allí envía a Jesús una delegación con una pregunta inquietante: ¿Eres tú el que tenía que venir? No olvidemos que para Juan el preparar el camino a Jesús había dado sentido a su vida. ¿Y si ese Jesús de quien oía tantas cosas, no era el Mesías esperado? ¿Habría creído y trabajado en vano? El creía en “el Señor que viene con fuerza” (Is. 40,10), el juez tremendo “que llega como un fuego” para purificarlo todo. Juan tenía una cierta imagen de aquel que debía ser enviado por Dios para salvar a su pueblo: habla de tiempo de trilla, de recolección, de intervención severa, de condena del pecado. Anuncia el día de la venganza, de la justicia de Dios. Jesús era el héroe. (Mt. 3, 1-12)

Jesús se comporta de manera un tanto imprevista: es misericordioso, acoge a los pecadores y come con ellos, ofrece el perdón ¿demasiado fácilmente?, habla de dejar que crezcan juntas la cizaña y la semilla, sin prisas por arrancar lo que parece “malo”, sin precipitarse a la hora de juzgar, habla de sembrar generosamente sin prejuicios, en toda clase de terrenos, Jesús actúa de forma “no violenta”. La imagen que Juan tiene del Mesías se tambalea…

También nosotros tenemos una determinada imagen de Dios, y de Jesús:

- Muchos cristianos tienen una imagen incompleta y desdibujada: Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad. Es más o menos como Dios Padre, de modo que apenas lo distinguen en su relación afectiva. Hay quien se imagina a Jesús como el Dios todopoderoso.

- Para otros, es un genio religioso, un profeta, una de las grandes personalidades de la historia, cuya doctrina es actual y cuya coherencia de vida y muerte todos admiramos, pero pertenece al pasado. Lo que importa no es Jesús, sino su doctrina y su ejemplo. No lo perciben presente.

- Para algunos, Jesús es el amigo cercano, siempre presente que acompaña, quizás de forma discreta, un tanto callada, pero que siempre está ahí y con quien siempre se puede contar.

* Y tú, ¿hay una necesidad de sentido en tu vida? ¿Qué o quién va dando sentido a tu vida cada día? ¿En qué o en quien esperas?

* Ponte en relación directa con Él y dile: “Jesús, mi Señor” ¿Qué sientes? ¿Te brota de dentro esta expresión o te resulta artificial?

Jesús, en este texto, no da respuestas teóricas, su respuesta es su vida, lo que hace, ofrece signos que los discípulos de Juan descubren y ven.

La realidad que nos rodea está hecha de zonas de sombras y de luces, de claroscuros. Nuestro mismo yo también es así. Hay en nosotros zonas que conocemos bien, que nos agradan, en las que nos sentimos a gusto y otras menos conocidas o menos agradables: dudas, incertidumbres, conflictos, incoherencias...

Muchas veces pensamos como Juan que Dios tendría que intervenir con fuerza para cambiar el mundo, la historia, nuestra vida, ¿tendremos que esperar a otro?

Y Jesús te invita a tomar conciencia de esta realidad claroscura, a mirar a tu alrededor, a salir de ti mismo/a para ver y oír. Y a la vez te remite a lo más interno de ti mismo/a. Pero, sobre todo, como a los discípulos, nos invita a ver y oír con los ojos y oídos de Dios, es decir, nos invita a acoger la vida y la historia; tu vida y tu historia de forma serena :

- lo que ves a tu alrededor
- los valores que intentas vivir, tus cualidades
- tus propios límites, incoherencias
- tus relaciones personales
- las acciones de Dios en tu vida
- las personas que hacen el bien
- las relaciones justas en el mundo

Este pasaje es también un pasaje de futuro, de esperanza. Jesús te invita a hacer posible que esta esperanza sea real y vivida cada vez por más personas, a que los demás vean lo positivo que hay en la vida, que vean mediante tu vida que puede haber algo por lo que seguir viviendo y luchando.
* ¿Ves la acción positiva de Dios en tu vida? ¿Y en la vida de los demás? ¿En el mundo? ¿En qué momentos?
* ¿Cómo vives tu vida para que sea motivo de esperanza para los otros?

Para el Trabajo en Grupo:

* Compartir lo que hemos estado reflexionando.

* ¿Cómo podemos crecer como grupo en esperanza?