Skip to main content
  • Robertus Kardi

“Se abre un abismo inmenso”

23 Septiembre 2022 850

En este domingo (26º domingo del tiempo ordinario, C) el evangelio nos vuelve a interpelar, presentándonos una historia con interesantes imágenes. En la parábola del evangelio de hoy, aparecen tres personas: el pobre Lázaro, el rico sin nombre y el Padre Abrahán, vale la pena dejarnos interpelar por ellos. Me llama la atención reflexionar sobre las figuras del pobre Lázaro y del hombre rico.

Lázaro representa bien el grito silencioso de los pobres de todos los tiempos y la contradicción de un mundo en el que las inmensas riquezas y recursos están en las manos de pocos.

Lázaro, que está a la puerta, es una llamada viviente al rico para que se acuerde de Dios, pero el rico no acoge esta llamada. Será condenado por lo tanto no por sus riquezas, sino por haber sido incapaz de sentir compasión por Lázaro y ayudarlo.

La misericordia de Dios hacia nosotros está relacionada con nuestra misericordia hacia el prójimo; cuando falta ésta, también aquella no encuentra espacio en nuestro corazón cerrado, no puede entrar. Si yo no abro de par en par la puerta de mi corazón al pobre, aquella puerta permanece cerrada. También para Dios.

«Tienen a Moisés y a los profetas, que los oigan». Para convertirnos, debemos abrir el corazón a la Palabra de Dios, que nos llama a amar a Dios y al prójimo. El rico conocía la Palabra de Dios, pero no la dejó entrar en el corazón, no la escuchó, por eso fue incapaz de abrir los ojos y de tener compasión del pobre. 

Ningún mensajero y ningún mensaje podrán sustituir a los pobres que encontramos en el camino, porque en ellos nos viene al encuentro el mismo Jesús: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis». (Fuente: Papa Francisco).

Ecos de la sabana

 

COMENTARIOS 

  • Dominicos
  • Miguel Ángel Munárriz: El dineroEl dinero no es algo marginal en el evangelio, sino una línea clara y recurrente.
  • José Luis Sicre: Lujo y miseriaLa parábola del rico y Lázaro, exclusiva del evangelio de Lucas, se inspira en un texto del profeta Amós, en la que se dirige a la clase alta de Jerusalén (Sión) y Samaria, y denuncia su forma lujosa de vida.
  • José Antonio Pagola: Nuevo clasismoEsta es la convicción profunda de Jesús. Cuando la riqueza es «disfrute excluyente de la abundancia», no hace crecer a la persona, sino que la deshumaniza, pues la va haciendo indiferente e insolidaria ante la desgracia ajena.
  • Mª Luisa Paret: La riqueza, rival de DiosEl relato intenta sacudir la conciencia de quienes nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia teniendo a nuestro lado países viviendo en la más absoluta miseria.

¿Te ha gustado este artículo?

compártelo