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  • Robertus Kardi

“EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENALTECIDO”

27 Agosto 2022 1110

Dos son, más exactamente, las lecciones que encontramos en el texto del evangelio de este domingo: la humildad y la gratuidad. Valores que no son, precisamente, muy valorados en nuestras sociedades modernas. Tampoco lo eran en tiempos de Jesús.

    La primera lección, la de la humildad, le brota a Jesús cuando observa que todos quieren los primeros puestos. Parece que el aparentar, el querer ser más que los demás, el que nos reconozcan… todo esto, es inherente a la condición humana. Sin embargo, es posible vivir de otra manera. La invitación de Jesús a que busquemos los últimos puestos se debe traducir en una actitud ante la vida. Buscar la sencillez, procurar ser, ante los demás y ante Dios, humildes. No es nada fácil, pero el Señor nos ha dicho que podemos conseguirlo: “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

    La segunda lección es igualmente exigente. Jesús quiere acabar con esa máxima tan poco cristiana: “Te doy para que me des”. Quizás sea esta la mentalidad de muchos, pero no la de Jesús. El fariseo que había invitado a Jesús se quedaría de una pieza al escuchar que debía invitar a los ciegos y lisiados. Ellos, los pobres, los enfermos, representan para Jesús a todas aquellas personas que, a lo mejor, no podrán corresponder a nuestra generosidad pero que la agradecerán enormemente. Hacer el bien sin esperar recompensa. Podrán decir de nosotros que vamos contra corriente. Que hacemos lo que casi nadie hace. Hay muchísima gente buena en este mundo que cada día, siguiendo el ejemplo de Jesús, se esfuerza por ser humilde y por hacer el bien a los demás sin esperar nada a cambio.

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