En medio del cuadro dramático de la historia de nuestros días, e inmediatamente después de la celebración de la Pascua, del 18 al 21 de abril, todos los miembros de la Familia Javeriana en España nos reunimos en nuestra comunidad de Carabanchel en asamblea y convivencia, combinando momentos de retiro y oración con otros en los que compartimos el camino de nuestras comunidades e informaciones varias.
Uno de los momentos fuertes fue la reflexión y búsqueda sobre cómo reactivar la animación misionera y vocacional en nuestra Delegación. El P. Eduardo Tchipolo, provincial de los Misioneros Espiritanos, nos compartió la experiencia que su congregación vive al respecto, presentándonos el perfil de la “parroquia misionera” como una vía que abre oportunidades para una nueva e intrépida creatividad en el apremiante campo de la animación misionera.
Signos del Espíritu
Hemos seguido, además, con atención particular la reseña de cada una de nuestras comunidades sobre las actividades que han rubricado su misión en lo que va del presente año pastoral. Hemos apreciado y agradecido los signos del Espíritu que siguen empujando nuestro compromiso misionero en Fnideq, El Llano de Molina y Madrid. Aprovechamos nuestro encuentro para hacer intercambio sobre otras formas o grupos de Laicado Javeriano, y hemos apreciado los nuevos ámbitos de presencia javeriana en Madrid. Cerramos estos días de encuentro fraternal tomando unas orientaciones sobre las actividades del próximo verano y atendiendo a otras varias informaciones sobre nuestra Familia misionera.
Destaca en particular la buena noticia de que ha sido nombrado un nuevo Administrador Apostólico para la archidiócesis de Tánger, en Marruecos. Se llama Emilio Rocha Grande y es franciscano. Ya visitó nuestra comunidad de Fnideq (Castillejos) y así nos presentamos ante él. Nos ayudó a hacer un primer balance del camino de esta nueva comunidad de la Delegación de España.
Pasos iniciales
Vemos con sorpresa y gratitud que hemos entreabierto varios frentes que nos van dando pistas sobre lo que pueden ser las constantes de la misión en estas tierras. De hecho, constatamos que durante el primer año de presencia en Fnideq, hemos dado pasos en el aprendizaje de la lengua y en la inmersión cultural, se han organizado encuentros y contactos en términos de diálogo interreligioso, hemos ofrecido una mínima atención pastoral a la minoría cristiana de la zona, hemos iniciado el acercamiento e interacción con una asociación de Fnideq que tiene objetivos de servicio social, hemos posibilitado la creación de talleres de capacitación (corte y confección, bordado a máquina, aprendizaje del español) a un colectivo de 100 chicas, jóvenes en su mayoría… Todo, sin embargo, corresponde a pequeños pasos iniciales, contactos preliminares y encuentros de primer conocimiento… realidades nacientes… muy valiosas e inspiradoras para el futuro.
Juan Antonio Flores Osuna sx